sábado, 30 de marzo de 2013

AL LORO: MUERTE EN EL EQUINOCCIO

Los clips rápidos que emergen de la GoPro de mi joven amigo Marc "Mufi" de Bosques de Tarragona suelen gustarme y, desde luego, me impulsan a seguir animándole en su camino. El más nuevo de todos es el mejor hasta la fecha y mejores serán los que vendrán. Para mi, su existencia y la de quienes le rodean es algo más que un alivio, quizás quien no sea de nuestra zona no lo entienda, pero cuando son otras maneras de entender el patín las que predominan en una ciudad -y no lo digo desde la falta de respeto, porque es lícito que todo exista- me alegra mucho que precisamente un habitante de esos Bosques, que tengo llenos de recuerdos noventeros de puro patín, continúe, a su manera, con su estilo y a su aire, la estela de quienes patinaron esas montañas y esas ruinas romanas años atrás. Esta vez Marc aparece en compañía de Simón, otro personaje muy a tener en cuenta del nuevo panorama tarraconense.

Al final se trata de un clip de colegas sin pretensiones más allá de la pura diversión y el resultado para mi es mucho más grande que eso, en lo "naïf" de todo el asunto reside la gracia y el futuro de todo esto.





De local a lo ajeno, siguiendo un desorden lógico, me voy ahora a un clip procedente de las ultracongeladas noches de Toronto (Canada) que me ha pasado esta mañana otro buen amigo de este barco. Gracias a Jano de Cierzolandia esto ha sido lo primero que he visto hoy en mi ordenador, antes incluso de consultar el Tarot y de que me tiren las runas del destino online.

Lo que tenemos aquí abajo es un clip fantástico grabado según parece a temperaturas bajo el influjo de las cuáles a más de un treintañero nos iban a explotar los ligamentos tras la cristalización de los mismos. Aunque, bueno, siempre es bueno refugiarse en un mega-parking cuando la cosa está muy fea ya y, encima, patinar mientras los copos de nieve te mojan a ti y al asfalto debe ser una curiosa sensación, cuánto menos.